TOMA DEL CASTILLO
DEL POYO

Poco queda de este histórico castillo. El castillo del Poyo estaba situado sobre
un peñasco en la cima de
una montaña cónica, inaccesible por su parte norte y
con una pronunciada pendiente en su parte sur, dominando sobre la aldea de El
Collado de la que dista una media hora de penosa subida y teniendo ante a él y
haciéndole frente, la muela del Buitre. Se cree de origen romano y su obra era
de sillería. Por sus históricos restos se puede apreciar que tendría unos 80 m
de ancho por 200 de largo.
El castillo del Poyo fue el último baluarte carlista en la tercera guerra. La
caída de este último reducto supuso la desaparición de los acosos carlistas en
la zona centro (a la que pertenecía una parte de la provincia de Valencia,
Teruel, Albacete y Guadalajara). Para Alpuente, situada en esta zona, significó
el fin de la guerra.
Comienza el asedio
al castillo el día 15 de junio de 1875, dirigiendo las tropas el general
Salamanca. Él mismo nos ha dejado una minuciosa narración del desarrollo de las
operaciones que trataré de exponer de una forma resumida.
En la madruga del
día 15 salieron de Valencia todas las tropas al mando de dicho general en
dirección a su objetivo que no era otro que el lograr la rendición del último
reducto carlista en la zona centro: el castillo del Collado o castillo del Poyo
con sus más de trescientos defensores.. La expedición estaba formada por dos
baterías de artillería ---en aquella época formada cada una por cuatro cañones Krupp y dos cañones largos de ocho cm.---, 22 carros, 99 acémilas y toda la
tropa, llegando a Chelva a las ocho de la noche, donde pernoctaron, después de
haber salvado todos los obstáculos a lo largo del camino real, abriendo otros y
arreglando los existentes, ayudados por cuadrillas de vecinos de los pueblos por
donde pasaban, como Losa, Domeño, Loriguilla y Chelva.
Aquella misma noche
partieron cuatro compañías y 80 caballos, complementadas por las guerrillas de Alpuente y Utiel, al mando del coronel Portillo, para caer sobre el Collado al
amanecer (día 16) y bloquear el castillo del Poyo. Hacia el mediodía partió de
Chelva el resto de la expedición formada por una brigada, la artillería y el
convoy de avituallamiento al mando del general. Tal era la dificultad de
trasladar todo el material , por lo accidentado del camino, que tardaron cuatro
horas en recorrer los cinco kilómetros que separan Chelva de Tuéjar, por lo
que se echó mano de todos los paisanos útiles de Tuéjar , Titaguas y Alpuente
para abrir caminos por los que pudiera pasar la artillería.
Parte de la brigada llegó por
la tarde al Hontanar, donde
el general estableció su cuartel de ope raciones, tomando
contacto con la tropa del Coronel Portillo que el día
anterior se había situado en El Collado para establecer
el cerco a los carlistas. El resto del convoy llegó al anochecer a
Corcolilla, donde tenían preparado el pernoctar.
El día 17, situadas las tropas y estudiado el terreno, se procedió al
estrechamiento y cerco del castillo, determinando situar en el cerro de la
Moratilla
Grande las cuatro piezas Krupp y los dos cañones largos de ocho cm,
transportándolas a brazo. La batería Plasencia con cuatro compañías se situó en
la Muela
del Buitre, con gran trabajo y
esfuerzo para subir lar
piezas, lo cual se consiguió arreglando los caminos y quitando los peñascos
después de cuatro horas y media de trabajo.
Se completó la
operación construyendo una batería cerrada de tierra y sacos, con barracones
para una operación duradera y dos fuertes para que la artillería pudiera
continuar con seguridad el sitio, mientras las guerrillas sostenían el bloqueo
y dos compañías tomaban e inutilizaban las tres fuentes situadas a unos 50
metros de los muros del castillo, al cubierto de la oscuridad, con la oposición
de los carlistas que con nutrido fuego trataron de romper el bloqueo y recuperar
las fuentes.
Al amanecer del día 18 rompieron fuego las baterías,
disparando al interior del castillo con el fin de batir al enemigo y con ello
alcanzar la rendición. A las 11 de la mañana habían hecho más de 300
disparos, pero para ahorrar munición hasta que llegase
nuevas remesas, se ordenó que se disparase tan sólo de 5 a 8 disparos por
batería. Con ello al anochecer se había lanzado 365 granadas sobre el
enemigo. Con esta estrategia, las fuerzas del Coronel Portillo pudieron
llegar y ponerse a cubierto a 30 metros del fuerte. El objetivo era situarse
bajo el muro del castillo frente a la Muela del Buitre, comenzar los trabajos de
barrenado en el mismo y arreglar subidas en el escarpado.
Al llevar a cabo esta operación ejecutada con la mayor rapidez, los carlistas
suspendieron su nutrido fuego y
pidieron
parlamentar. Atendiendo la petición, subieron al fuerte el Coronel Portillo y el
señor Pérez Mencheta, corresponsal de “Las Provincias” de Valencia. Después de
las deliberaciones necesarias y no teniendo otra salida que la rendición, el
Gobernador del Castillo extendió un oficio en el que manifestaba su rendición
sin condiciones, solicitando que se permitiese a la tropa herida o enferma,
aunque prisionera, marchar montados sobre acémilas hasta su punto de destino.
Al amanecer del siguiente día19 de junio de 1875, el
General Salamanca tomó posesión del fuerte y dispuso la marcha de los
prisioneros.
Inventariaron todos los efectos de guerra y víveres
que había en el fuerte y entre ellos se apoderaron de dos cañones de bronce de 8
mm y 300 disparos, así como granadas de mano y gran cantidad de cartuchos.
Se capturaron 74
jefes y oficiales y 253 de tropa. De los prisioneros hechos, algunos de ellos
pertenecían a la compañía fija que había en El Collado, como el capitán Valero,
nacido en Castielfabib o el alférez Mariano Martínez Pérez , nacido en Alpuente.
Después de la caída
del fuerte de El Collado, las fuerzas carlista habían quedado reducidas a
partidas pequeñas y sin poder operativo en esta zona centro, aunque la guerra se
prolongó por Cataluña y la región vasco-navarra, hasta que definitivamente el
28 de febrero de 1876, don Carlos pasó la frontera y terminó la guerra carlista.
“La toma del fuerte de El Collado” por José
Cusach (1900)
Representa la subida al Cerro de la
Moratilla de cuatro piezas de artillería,
desmontadas, hecho ocurrido el 19 de agosto de 1875.
El autor pertenecía al Regimiento que realizó el transporte de las piezas, a
brazo.
Se aprecia a los artilleros en el momento de la operación, mientras el Capitán
dirige montado a caballo.
Pertenece al Museo de Capitanía General de
Valencia.
Últimamente se encontraba en la Oficina del Coronel
R.A.C.A 17
de Paterna (Valencia)
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